Reflexión José Viñas

 

Todo empieza más abajo

Idolatramos a Messi, Cristiano Ronaldo o Andrés Iniesta, los  valoramos por su calidad futbolística, por su estatus económico y social, podemos verlos como dioses de un deporte que mueve a las masas o simplemente como personas a las que todos nos gustaría parecernos.

Nadie o muy pocos saben que, sin embargo, para llegar ahí nadie les regalo nada, que de repente no nacieron jugando en el Real Madrid o ganando tantas Botas de Oro como les fuera posible. Nadie sabe que tuvieron que abandonar todo desde bien jovencitos para llegar a ser lo que son, nadie sabe de los días de lluvia, frío o viajes interminables que tuvieron que padecer. Y lo más importante: dejaron a su familia de lado para emprender un viaje que nadie aseguraba que les llevara al éxito. Ésta y muchas mas cosas son las que un futbolista de elite tiene que dejar atrás para poder ser aclamado después.

Y, además de todo esto, hay una parte fundamental donde, a pesar de tanto esfuerzo sin ella todo hubiera caído en saco roto: la formación del futbol base.

La formación deportiva y humana, la formación física, técnica  y táctica, la formación en la propia vida, la formación ante la adversidad, la formación para saber aguantar situaciones de estrés… Para ello, tantas y tantas personas desconocidas se dejan la piel día a día para formar a los futbolistas de elite que después admiramos. Sin su granito de arena nada seria posible. Sin su trabajo casi nunca reconocido, sin su dedicación a cambio de nada, sin el cariño puesto en cada detalle… todo sería imposible.

Presidentes, entrenadores, delegados, utileros, padres, madres, compañeros, amigos…. Sin toda esta gente que ama el futbol y lo da todo cuando no eres nadie…todo sería imposible.

Por eso, cuando vemos ganar una Champions League, cuando vemos levantar un titulo mundial hay que mirar atrás y ver que todo ello es fruto de un duro camino de sacrificio y que todo empieza en el trabajo de miles de personas sin nombre, pero que lo dan todo por el deporte rey y que después casi nunca nadie se acuerda de ellos.

Por ello: cuidemos y amemos el futbol base para poder después afirmar que amamos el futbol. Cuidemos y respetemos a las personas que trabajan a la sombra en el día a día, porque ellos son la base de nuestro futbol, ese del que tanto nos sentimos orgullosos.

Valoremos, invirtamos, ensalcemos y démosle la verdadera importancia que tiene el fútbol base porque, como en todo, la base siempre es lo más importante.

Por todo ello, cuando veamos a ese jugador que idolatramos levantar un titulo, nunca olvidemos que todo empieza más abajo.

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